Blogia
Educación y Comunicación

El video participativo como herramienta de autoexpresión

Un modo de autoexpresión desde las herramientas de la comunicación para todos los sectores de la sociedad que se ven desfavorecidos. Así es como el italiano Alberto Bougleux, licenciado en Comunicación Audiovisual y Doctor en Sociología, define el video participativo.

Este nuevo modelo de documental nació en los años sesenta de la mano de Cesare Zavattini, un guionista y cineasta del neorrealismo italiano que fue el iniciador de esta aproximación participativa de los medios a la población. “Hace falta apoderarse del medio”, decía Zavattini por aquellos años. Este movimiento coincide con la aparición del fenómeno de las cinenoticias, que rechazan la postura tradicional de los medios y los largos tiempos de producción. Se apuesta, pues, por unos medios audiovisuales “inmediatos y callejeros” en los que la frontera entre lo que es ficción y realidad es cada vez más difusa. A todo ello ayudaron, en gran medida, los cambios sociales que tuvieron lugar a partir de los sesenta: el nuevo protagonismo de la sociedad civil, la aparición de las ONG’s y de un nuevo concepto de intervención social y el nacimiento de otros nuevos actores no institucionales que han sabido solucionar las necesidades sociales. Mucho más cerca de nuestros días, no debemos olvidar la contribución de los nuevos pensamientos (postcolonialismo y postmodernismo, principalmente), la revolución digital y la pluralización de la esfera pública.

“El audiovisual es experimentación”, explicó Bougleux a lo largo de su conferencia. Precisamente, él sabe mucho sobre el tema. Desde hace cuatro años es miembro de una asociación italiana con la que ha trabajado como formador en varios proyectos de video participativo. Y no sólo en su país, sino también en Bosnia, Palestina o Túnez. “Es una metodología de formación informal a través de talleres, un trading on the job”, describió.

Con el video participativo se logra que las comunidades más desfavorecidas consigan desarrollar su capacidad de comunicación de una manera creativa. Se consigue que cuenten hechos importantes que ocurren un su día a día, acontecimientos que luego, una vez captadas las imágenes, analizan colectivamente para hacer posible un intercambio de conocimientos técnicos y artísticos que resultan muy enriquecedores para todos. Pero el verdadero éxito de este nuevo formato documental es que ha logrado “mover el centro” del sistema mundial de comunicación, logrando una gran difusión, algo que antes hubiera sido imposible: “Hemos conseguido organizar nuevos flujos de información llegando a acuerdos con las grandes distribuidoras”, apuntó Alberto Blougleux.

0 comentarios